Los quásares están entre los objetos más poderosos del universos. En ellos, un agujero negro supermasivo comienza a comerse una gran cantidad de gas y objetos a su alrededor. Esto forma un inmenso disco de acrección, tan poderoso como para transformar la materia que contiene en un tipo de plasma y generando, a su vez, unos enormes campos magnéticos. Estos objetos muestran algunos fenómenos realmente increíbles, como proyectar partículas, aparentemente, a velocidades mayores que las de la luz, o crear lóbulos que pueden ser varias veces mayores que las galaxias que los contienen, junto a muchas otras cosas. Pero, ¿como pueden afectar estos quásares a la propia galaxia que los alberga?, eso es algo que no está completamente claro aún.
Se sabe que muchos de estos quásares son capaces, debido a los vientos que se crean en torno a ellos, de ‘apagar’ la galaxia. Esto significa que una gran parte del gas que forma la galaxia es expulsado y/o calentado, evitando así que dicho gas pueda, por tanto, colapsar para formar estrellas. Pero esto no es todo, recientes observaciones del Hubble han demostrado que algunos de estos vientos pueden llegar a superar un 6% de la velocidad de la luz, expandiéndose a lo largo de toda la galaxia. Estos vientos, al chocar contra el gas interestelar, no solo lo empujan hacia afuera y lo calientan, sino que la interacción entre ambos crea una gran cantidad de emisiones de rayos gamma y ultravioletas. La combinación de ambos aspectos no solo paralizaría la producción de estrellas, también despojaría de sus atmósferas a la mayoría de los planetas de la galaxia, y las radiaciones dañarían severamente cualquier organismo biológico.
Estos vientos pueden ser, bajo las condiciones adecuadas, aumentados incluso más por algún proceso aún desconocido, que los acelera a velocidades mayores. Estos eventos han sido llamados ‘Tsunamis de Quasar’, y serían absolutamente devastadores para la galaxia donde ocurren.
No todas las noticias son, sin embargo, terribles. Una vez el quásar se apaga, parte del gas expulsado puede volver a caer en la galaxia, reiniciando la producción estelar de toda la galaxia, y dando una nueva posibilidad para la aparición de vida. Aún así, mientras existen y están activos, pueden ser letales para todo lo que exista en la galaxia. Sabemos que nuestro propio agujero negro, Sagitario A, ha estado activo en algunos momentos de la historia de la Vía Lactea aunque, por suerte para nosotros, no es el caso actualmente, y no hay evidencias de que fuera nunca un Quásar Asesino.
Esta entrada ha sido inspirada por el artículo que podeis encontrar aquí https://arxiv.org/pdf/2003.08688.pdf de N. Arav et al.